Desde muy pequeña había sufrido de depresión, ansiedad aguda y profunda tristeza, debido al fallecimiento de varios seres queridos. Mi depresión empeoró cuando mi relación de pareja terminó. Sin embargo, en cada dolor hay una oportunidad, y así fue cómo, buscando una solución, encontré al Dr. Sanz, a quien prácticamente le debo mi vida, puesto que desde la primera sesión de tratamiento comencé a sentirme diferente. Puedo dar fe de que sus métodos son realmente efectivos.
Gracias, Dr. Sanz; a usted le debo mi vida y a que ahora, por primera vez experimente felicidad. Dios y el Universo lo bendigan siempre.