Fobias

Debido a que son innumerables las cosas, lugares o circunstancias que pueden convertirse en motivos de fobia, es interminable el número de palabras con las que se la denomina. Por ejemplo: agorafobia (miedo a los espacios abiertos), claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), demofobia (miedo a las multitudes), escotofobia (miedo a la oscuridad), zoofobia (miedo a los animales en general), cinofobia (miedo a los perros), aracnofobia (miedo a las arañas), amaxofobia (miedo a viajar en vehículos), aviofobia (miedo a viajar en avión), hematofobia (miedo a la sangre), pirofobia (miedo al fuego), etc.

El fóbico sabe que es una necedad temerle a lugares, animales, cosas o situaciones que, de hecho, no entrañan ningún peligro y, no obstante, cae en ese absurdo pánico. El fóbico no puede ponerse en contacto con el objeto, lugar  o circunstancia que suscita su terror; lo evita y huye. El fóbico empobrece su mundo de acción, limita su espacio y, en diversas ocasiones, llega a una semiinvalidez; por ejemplo, al no poder viajar, salir a la calle, usar ascensores y, en general, verse forzado a evitar o a huir de diversas circunstancias necesarias  de la vida cotidiana.